Elementos de Protección Civil y Bomberos tratan de sofocarlo . **
Fernando Hernández. / Iguala, Gro.- La mañana de este lunes la ciudad amaneció en medio de una bruma que provenía del tiradero a cielo abierto que ardía en llamas desde la madrugada.
El incendio, según fuentes extraoficiales, dijeron comenzó cerca de las 4:30 de mañana y se podía observar desde distintos puntos de la ciudad.
Al medio día el humo que salía del basurero, ubicado entre en los límites de Iguala y la comunidad de Metlapa, perteneciente al municipio de Cocula se respiraba hasta el centro de esta ciudad.
Las llamas sorprendieron a las alrededor de 60 familias de pepenadores que habitan en las inmediaciones del tiradero. Los trabajadores de basura han montado desde años lonas, láminas, plásticos y toda clase de desperdicios con las que han construido sus humildes chozas en un valle que está rodeado por montañas de basura.
El incendio -el primero de este año- se registró a pocos metros de un relleno sanitario que se entregó al Ayuntamiento que encabeza el priista Raúl Tovar Tavera pocos días de que concluyera la administración del ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo.
La geomembrana que cubre el relleno sanitario no ha sido estrenada y los cientos de toneladas de basura que genera la ciudad se siguen aventando al tiradero municipal a cielo abierto. El fuego creció durante toda la tarde de ayer cerca del plástico que cubre una de las últimas obras que el ex mandatario Torreblanca gestionó para el tercer municipio más importante del estado.
Al siniestro lo combatían no más de 10 hombres, tanto del Heroico Cuerpo de Bomberos de Iguala, como de la Subsecretaría de Protección Civil (PC).
Los bomberos de ésta ciudad que trabajan tratando de combatir el incendio se protegían de las llamas con botas de hule, camisas de lona y mezclilla, guantes rotos, las mascarillas para evitar la inhalación de gases tóxicos fueron sustituidas por paliacates.
Personal de PC informó que se calcula que el incendio estará vivo por lo menos una semana, aunque está parcialmente controlado.
En los alrededores del basurero la vida no se ha detenido, las familias que dependen de los desechos continúan recolectando y rescatando lo que todavía le pueden arrebatar a las llamas.
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